Somos la única empresa del mundo que ha llegado tan lejos en la filtración de agua sin filtros ni consumibles.
La luz tiene un poder extraordinario que se manifiesta en la naturaleza.
¿Sabías que puede purificar nuestro entorno?
Su capacidad para interactuar con las moléculas le permite descomponer las sustancias nocivas y eliminar las impurezas.
En LaVie, la luz es nuestra aliada en la lucha contra las moléculas indeseables 🤺
Existen varios tipos de rayos UV emitidos por el Sol: UV-A, UV-B y UV-C, cada uno con sus propias características. Los rayos UV-A se consideran los más potentes en términos de purificación, ya que pueden degradar sustancias indeseables, oxidándolas y descomponiéndolas en compuestos más simples y menos nocivos.
Los rayos UV-B y UV-C son más energéticos, pero menos purificadores. Dicho esto, los rayos UV-C se utilizan muy a menudo para desinfectar aguas contaminadas cargadas de bacterias y virus.
La fotólisis del cloro es un proceso químico que se produce cuando el cloro se expone a la luz solar, a los rayos UV-A. La molécula de cloro se descompone en átomos (oxígeno, hidrógeno y cloruro). La molécula de cloro se descompone entonces en átomos (oxígeno, hidrógeno y cloruro).
Estos átomos son muy reactivos y pueden reaccionar con los contaminantes orgánicos presentes en el agua. Al reaccionar con estos contaminantes, los átomos los descomponen, ayudando a purificar el agua. En cierto modo, nuestros purificadores de agua transforman el cloro en una especie de luchador contra los contaminantes, antes de hacerlo desaparecer. 👋
¡No! 🙅♀️
La desinfección UV utiliza rayos UV-C, no los rayos UV-A que utilizan nuestros purificadores. Estos rayos UV-C son inútiles en el agua potable, que por definición no necesita ser desinfectada. Ya lo está 😉 Lo que se puede mejorar es la calidad.
El cloro, cuya molécula se escribe HOCL u OCL, se transforma por fotólisis UV-A. Una vez descompuesta su molécula, lo que queda es :
- Cloruros (Cl de la sal de mesa y del agua mineral, bebido con total inmunidad)
- Hidrógeno (H) y oxígeno (O), que se recombinan para formar agua, H2O
No se genera gas ni cloro (Cl2).
Cuando se rompe el enlace entre las moléculas de los pesticidas y los medicamentos, se liberan radicales libres, con una vida media de unos 10 nanosegundos, tras lo cual se recombinan en cloruros o H2O.
Se tarda varios segundos en sacar la botella y beber el agua.
Esto significa que ningún radical puede llegar al organismo.
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